Pelear, luchar, llevar a flote lo que lleva hundiéndose mucho tiempo, eso que te está pesando desde hace rato. Cuánta energía puesta en ser salvavidas de algo o alguien que no quiere nadar.
Y soltar, rendirse a lo que tenía que llegar, dejarse llevar por el mar, hacia la oscuridad… tocar el fondo, jugar en él, en sus arenas, en soledad…En el silencio del mar ya no hay que ocuparse de nadie… sólo de volver a coger impulso con los pies e ir nuevamente a la superficie, aletear los pies para sentirse vivx y al llegar RESPIRAR. Aire fresco que llena los pulmones. Esta vez sin tener que sostener a nadie más, solo a ti mismx. Y quédarte flotando boca arriba, sintiendo el sostén del mar. Ya no tienes que hacer nada más, ya no tengo que hacer nada más.🌊
A veces, nos quedamos en la superficie, asfixiándonos cada vez más, ahogándonos poco a poco por el miedo que da hundirse, y es soltando donde podemos encontrar el descanso y después el impulso para salir de ese lugar. Rendirse a lo que lleva viniendo durante mucho tiempo.
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